Frente a una importante concurrencia en la parroquia San Juan Apóstol, mons. Roncagliolo, quien también es vicario de la Esperanza Joven y capellán general de la Universidad Católica, repasó los capítulos de la última exhortación, explicando que aunque este documento no nació a partir de un sínodo o un concilio, es un llamado del Papa que anima a los católicos a vivir la santidad en la vida cotidiana.
Para el obispo auxiliar, la santidad es entendida como la plenitud de la vida cristiana, lo que pone de manifiesto que hay santos oficiales, pero junto a ellos hay muchos otros no declarados que buscaron a Cristo en la realidad de sus vidas.
“Cada santo es una misión. El santo no hace una misión. A veces pensamos que la santidad es la realización de una cantidad de empresas a realizar, siendo que, en primer lugar, es el ser en configuración con Cristo”, planteó el padre Cristián.
Luego de esa introducción, el vicario de la Esperanza Joven resumió los distintos aspectos que el Santo Padre destaca en el documento, como claves para leerlo.
1. Rasgos en el camino de la santidad:
La santidad está unida a la:
- Originalidad: Cada persona tiene una vocación específica única e irrepetible a la santidad. Los santos no son como un producto que se fabrica en serie con idénticas características.
- Universalidad: El ser santos no es un llamado a unos pocos, sino que, una vocación para todos.
- Libertad: La santidad es respuesta libre al amor de Dios. La libertad es condición de posibilidad de la santidad.
2. Dos enemigos de la santidad:
El gnosticismo y el pelagianismo son corrientes que sitúan el camino a la santidad como un recorrido ajeno a la gracia y fruto de algo personal: del intelecto, en el caso del gnosticismo, y de la voluntad, en el caso del pelagianismo.
En el gnosticismo, la santidad forma parte de un mundo conceptual que no toca la realidad, entonces se transforma en algo relativo.
En el pelagianismo la voluntad lo puede todo, entonces la santidad es un logro personal y el cielo se puede alcanzar por la propia fuerza. El hombre pasa a ser el centro de su salvación.
Ambas corrientes no toman en cuenta ni la gracia ni la realidad. La santidad no es algo conceptual ni voluntarioso. Ser santo es vivir en la realidad. La santidad toca la realidad y es un camino de felicidad.
3. Las Bienaventuranzas, ejes del camino a la santidad:
La santidad está en:
- Ser pobre de corazón.
- Reaccionar con mansedumbre.
- Saber llorar con los demás.
- Buscar la justicia con hambre y sed.
- Mirar o actuar con misericordia.
- Mantener el corazón limpio de todo lo que mancha el amor.
- Sembrar paz a nuestro alrededor.
- Aceptar cada día el camino del Evangelio, aunque nos traiga problemas.
4. Cinco expresiones que ayudan en lo real a ser santos
- Perseverancia, paciencia y mansedumbre
- Alegría y sentido del humor: Cuando se vive con alegría, uno comprende que la vida es más que la contingencia.
- Audacia y fervor: Anunciar a Cristo es desinstalarse, no quedarse en el sofá. El cristiano debe tener ardor apostólico, perder el miedo.
- En comunidad: El hombre es un ser relacional y todos en comunidad podemos anunciar a Cristo. El Papa releva como ejemplo la comunidad eucarística que, reunida en torno a Cristo, su Maestro, se encuentra, celebra, se alegra y anuncia.
- En oración constante: La oración es la amistad con Dios.
5. Valor del discernimiento y el combate:
- El camino de la santidad es un combate, en que el demonio busca atacar. Donde está Dios, está el demonio.
- Es importante discernir, de cara a Dios, qué nos inspira su Espíritu, qué quiere Él que hagamos. El discernimiento es fundamental en el camino del cristiano.
Descarga más abajo la Exhortación Apostólica y la presentación de monseñor Cristián Roncagliolo. Puedes escuchar la charla aquí.
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