Charla Carolina Dell'Oro: El desafío de ser Matrimonio hoy

06 de Julio de 2018

 
El miércoles 4 de julio la filósofa Carolina Dell'Oro expuso, con una voz imponente e ideas muy claras, en nuestra parroquia sobre el desafío de ser matrimonio hoy.

El miércoles 4 de julio la filósofa Carolina Dell Oro expuso en nuestra parroquia sobre el desafío de ser matrimonio hoy. Con una voz imponente e ideas muy claras reflexionó sobre el valor de este sacramento, analizó los enemigos que hoy lo ponen en peligro y con fuerza sostuvo que estar casados para toda la vida es algo tan propio de la naturaleza humana, que es lo que nos lleva a la felicidad.

 

A continuación una síntesis de lo expuesto:

 

El matrimonio y la familia son proyectos de seres humanos frágiles y débiles, pero que si se le abre la puerta a Dios, es El quien lleva el timón y convierte esta obra en algo muy especial.

Hay entonces una contradicción entre quienes lo forman y Quien lo sustenta. Se trata de un proyecto que tiene como fin la eternidad, pero con seres que somos débiles. Esto es lo complejo, pero a la vez lo fascinante.

 

En su lado humano el matrimonio es vulnerable y tiene amenazas

1. En primer lugar, el escenario que nos rodea hoy. Este es complejo y nos muestra cifras de divorcio, de violencia intrafamiliar, de fracasos, de una baja en la tasa de matrimonio y más. Sin embargo, muchas veces el origen de esta situación tiene que ver con estereotipos. Hoy la mayor dificultad es pensar que todo tiene que ser a la perfección.

Pero el matrimonio no es una receta que hay que cumplir al pie de la letra. De hecho, llevar a cabo la serie de requisitos que, por ejemplo, exige una buena comunicación no siempre resulta y si les sale mal, eso es lo que frustra a los matrimonios de hoy.

 

Por el contrario, hay que tener en cuenta que los actos creativos y particulares del amor no se construyen a partir de recetas, sino que de la voluntad, de metas y de altos sueños que se quieren alcanzar. No hay método fácil para el amor, sin duda hay complejidades, pero vivirlo y alcanzarlo vale la pena.

 

De hecho, pese a las críticas y cuestionamientos actuales al matrimonio todos los estudios sobre felicidad llegan a la misma conclusión: las personas tienen un anhelo profundo de casarse y formar familia.

Esto se explica, porque lo que constituye la felicidad es el encuentro, el vínculo con el otro.  A mayor vínculo más felicidad.

El gran desafío, entones, es frente a la mala prensa del matrimonio despertar ese anhelo que hay en el interior de las personas. Y una manera de hacerlo es, sin duda, a través de la oración.

 

2.- Por otro lado, el matrimonio se ve enfrentado a una de las pandemias del siglo XXI, que es la soledad. Los niños, los adultos y los adultos mayores están solos porque efectivamente en muchas ocasiones nadie los acompaña. Sin embrago, hay una soledad peor, que es la del que está acompañado, es decir, con alguien físicamente presente, pero ausente en la entrega.

La soledad vulnera la naturaleza humana. Hoy estamos sometidos a una revolución total que nos ha hecho nómades, es decir, incapaces de arraigarnos, de anclarnos y de construir nuestra propia vida.  Hoy solemos tomar la ideología del momento, las cifras de modas, las estadísticas, la opiniones, pero no nos detenemos en lo más profundo que es la propia naturaleza humana.

Aquí la iglesia da un mensaje: Dios dice que nos basemos en Él pasando por la naturaleza humana. El centro de la construcción de una cultura es la persona, pero ese referente hoy lo hemos perdido, y esta es una de las razones de por qué el matrimonio está en crisis.

 

Ser persona significa ser humano con un mundo interior que piensa, que se desarrolla y que se construye con otros. Solo desde aquí se edifica el matrimonio. Pero hoy esta concepción está nublada.

 

Lo mejor para el matrimonio es quererse mucho. No solo para mantenerlo o conservarlo, sino que, para crecer en el tiempo y lograr la penetración profunda en la intimidad del otro, ser capaz de percibir y soñar desde el otro, de mirar desde el otro… Donde el yo y el tú es reemplazado por el nosotros. Y el tú existe más que el yo. Eso no es algo utópico. Hemos venido al mundo a amar, las personas que lo hacen son profundamente más felices. Y ojo que ser feliz no es no tener dolores.

 

El ser humano al no ser pura materia, al ser cuerpo y alma, mientras más se da, más crece. Es lo propio de su naturaleza. Lo que hoy nos enferma es nuestra incapacidad de amar, lo que nos enferma es el centrarnos en nosotros mismos.

 

Conclusión: Esto significa que existe la naturaleza humana y que ella se adecúa maravillosamente al matrimonio. En él, la persona se muestra en su manera más excelsa.

El matrimonio es natural, estamos hechos para él y lo podemos vivir profundamente, lo que no quiere decir que sea fácil y que no tenga dificultades.

De hecho, que sea natural no quiere decir que sea espontáneo, hay que querer amar y darse. Para ello, hace falta que los cónyuges tengan contextura interior, es decir, un mundo interno que entregar, una riqueza que dar.

Hoy hay problemas de comunicación, pero no porque no conocemos las técnicas adecuadas, sino que porque no tenemos nada que comunicar. ¿Mi marido conoce lo más hondo de mi intimidad, mis sueños, mis dolores, mis inquietudes?... Eso es matrimonio.

Para ello es fundamental generar espacios de encuentro, en los que no solo se hable de cómo estuvo el día, sino que lo más profundo de nuestro ser.

En este contexto son enemigos el celular, el whatsapp y más elementos que nos hacen perder el verdadero foco y tener la cabeza en otros lados.

Para protegerse es bueno establecer los intransables, como es por ejemplo, dejar disponibles días para estar solo, crear ritos familiares y poner la decisión de amar. La donación total del matrimonio no se da, se decide. No me pasa, yo lo hago día a día. Esa es la magnitud de la naturaleza humana.

 

La gran herida del matrimonio hoy es ser infiel a lo que somos que es la grandeza de ser persona.

 

El matrimonio tiene 4 ingredientes fundamentales, según el filósofo Alfonso López Quintás:

 

- La sexualidad: el cuerpo es la expresión de mi ser. La sexualidad con ternura, asegura que ahí no está el cuerpo, sino que toda la persona.

- La amistad: el ser humano se construye con el otro, el matrimonio es la forma más profunda en la que dos intimidades se encuentran. Con una conversación y una escucha profunda. Hay admiración de que el otro exista y que nos hayamos encontrado y esta amistad constituye la ética del vínculo conyugal.

- Matrimonio hacia fuera: El matrimonio tiene que ser capaz de salir, no hay mejor terapia para los hijos que salir, tener misiones comunes. La familia encerrada es una familia que se enferma.

- La fecundidad: es lo que corona el matrimonio.

Puedes escuchar su charla aquí.

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